Ya cada vez queda menos para que se produzca el relevo generacional. Tenemos ya encima el momento en el que los milenials dominarán el entorno de las oficinas, y se espera que, en 2025, representen la mayor parte de la plantilla de las empresas. Este grupo de jóvenes profesionales está creciendo a un ritmo muy alto, mientras la generación del baby boom se prepara para su merecidísima jubilación. Como uno de mis compañeros apuntó en un reciente artículo del blog, los milenials están deseando dejar su impronta en el mundo tecnológico, y LRS no va a ser una excepción.
Este cambio en los entornos laborales traerá consigo una rotación en el conocimiento institucional. Aquellos que nacieran antes de 1990 seguramente recuerden los disquetes, los teléfonos con cable y las impresoras matriciales, mientras que, probablemente, los trabajadores que accedan al mercado laboral durante los próximos cinco años no. Puede que su intención sea renovar el lugar de trabajo para adoptar nuevas herramientas y técnicas, pero seguimos en las fases iniciales de esta transición. A día de hoy, las oficinas están copadas por el grupo de personas nacidas entre la generación del baby boom y los milenials, a los que a veces se les conoce como la «generación X». Están cómodos con las nuevas tecnologías, pero también están familiarizados con los métodos tradicionales. Sin embargo, dentro de seis años, empezarán con sus planes de jubilación.
¿Qué tiene todo esto que ver con LRS y por qué estamos escribiendo sobre los trabajadores de las oficinas del 2025? No tan deprisa; volvamos antes al pasado...
Estamos en 1998, en una sala de conferencias, justo antes de una reunión. Sobre las mesas colocadas en forma de U podemos ver una serie de notas impresas para cada asistente. En la esquina vemos un rotafolios con el orden del día de la reunión. Cerca vemos un auxiliar preparado para tomar notas. Sobre la mesa no hay ni un solo teléfono móvil. Los asistentes llegan y toman asiento antes de que surjan innovadoras ideas de los debates que tendrán lugar, con la tranquilidad que supone saber que los temas que se tengan que investigar en más detalle se pospondrán y se revisarán antes de la próxima reunión.
Ahora, volvamos al presente e imaginemos una reunión que se celebra en la sala de reuniones que está al final del pasillo en el que se encuentra su despacho: todos los asistentes tienen un portátil, un teléfono o una tableta. Puede que siga habiendo material impreso sobre las mesas, pero ni mucho menos tanto como antes. Para las presentaciones y los comentarios se usan un proyector o una pizarra. Todo el mundo lleva portátil para tomar notas y quizás alguien ha creado un canal de Slack. Las ideas se pueden mirar directamente en Google, una herramienta que ni siquiera existía hace veinte años. Algunos asistentes pueden usar incluso la mensajería instantánea (un concepto también relativamente nuevo) con personas que no están invitadas a la reunión para recabar más ideas o encontrar la respuesta a determinadas preguntas. Lo habitual es obtener respuesta en cuestión de minutos y que la reunión pueda proseguir con información nueva. Supone una forma de trabajar totalmente nueva.
La información es digital e instantánea. Ya no hay que esperar, y nada se retrasa para verlo más adelante. Contamos con distintos dispositivos y tecnologías que nos ayudan a encontrar información, compartir información y publicar información. La presencia en Twitter, Facebook y YouTube es casi necesaria. Y no nos olvidemos de LinkedIn, Snapchat, Instagram, etc. Toda esta exposición conlleva unas grandes expectativas. Para lograr el éxito en esta nueva era, las empresas deben estar prácticamente siempre en línea y tener capacidad de reacción constante.
En el presente, LRS ve cómo los cambios en los patrones de trabajo afectan a la forma en la que la gente gestiona sus resultados. Nuestras soluciones de software siempre se han desarrollado para atender las necesidades de los clientes, y cuando estas necesidades cambian, también deben hacerlo nuestros productos. No hay más que ver por ejemplo nuestro reciente énfasis en soluciones móviles (para las plantillas de trabajadores) y en la mejora de la seguridad de los datos. Centrarse en las soluciones móviles es una apuesta lógica, pero no debemos olvidar que un mayor acceso a la información digital se traduce en una exposición al riesgo más alta. La correcta protección de los datos es una necesidad que no puede pasarse por alto, especialmente cuando se trata de documentos.
Los investigadores predicen que, dentro de poco, los trabajadores móviles supondrán más de la mitad de todos los trabajadores de oficina, lo que conlleva que la importancia de las soluciones móviles no hará sino crecer. En lo que respecta a los procesos de impresión, las empresas necesitan más que «simplemente» imprimir desde dispositivos móviles como tabletas y teléfonos. Los trabajadores que están en movimiento necesitan formas más sencillas de conectarse a las impresoras y recuperar los trabajos de impresión en diversas ubicaciones de oficina. Igualmente, cada vez son más las organizaciones que implementan soluciones de infraestructura de escritorios virtuales (VDI) como Citrix. Es obvio que cada vez hay más usuarios a distancia, y uno de los principales requisitos es disponer de acceso permanente y desde cualquier sitio a los recursos de impresión desde cualquier dispositivo móvil.
Las soluciones móviles están estrechamente vinculadas con la seguridad, ya que los datos están disponibles desde diversos tipos de dispositivos. Contar con medidas de seguridad como el cifrado de datos puede evitar sanciones elevadas derivadas de infracciones de seguridad. Aunque Estados Unidos sigue siendo el país más preocupado por la seguridad de los datos, Europa ya siente la presión también con la entrada en vigor del RGPD el año pasado.
La conectividad permanente genera también otra preocupación, una que probablemente no reciba la atención que merece: el aumento del consumo de ancho de banda. Para su funcionamiento, las empresas dependen de Internet (piense de nuevo en la sala de conferencias llena de milenials conectados a Internet permanentemente). ¿Qué repercusión tendrá ahora y cuál en el futuro, cuando las velocidades de acceso a Internet aumenten lentamente o directamente se detengan? Existen soluciones, como LRS Workplace Printing, que contribuyen a reducir el consumo de ancho de banda del tráfico relacionado con la impresión. Esta es tan solo una de las formas en las que LRS se está adaptando a los cambios que se están produciendo rápidamente en el entorno de oficina.
Ha llegado la hora de prepararse para el 2025 —solo quedan seis años— y prever un entorno de oficina totalmente distinto al que conocemos. Será una época de innovación rápida y nuevas tecnologías, marcada por la reducción de la compra de software y hardware y la proliferación de los acuerdos de servicio y los recursos bajo demanda.
Ofrecer valor de TI real será mucho más importante. Internet ha dado pie a nuevas formas de encontrar información y a muchas más posibilidades de elección. Lo mismo le pasa a los proveedores de servicios y sus productos, que tendrán que adaptarse mucho más a las necesidades de los clientes. Cuanto más rápido cambie la tecnología, más flexibles tendrán que ser los productos de los proveedores de servicios. Vamos hacia un mundo que cambia rápidamente y de forma constante, en el que las opciones son infinitas, y debemos estar preparados para él o nos pasará lo mismo que a los disquetes.